Empezar la universidad es una etapa llena de muchas ilusiones y expectativas; estamos a punto de comenzar a transitar un nuevo camino, en el cual encontraremos muchos retos, diversión y, por supuesto, aprendizajes que nos harán crecer como personas y como profesionales.
De acuerdo a nuestros objetivos y la forma en que vemos la vida, las expectativas pueden ser muy positivas y otras no tanto. En este artículo te mostramos el lado real de 5 de las expectativas más comunes que nos hacemos cuando nos adentramos a la etapa universitaria, dejando de lado algunos mitos.
Al fin seré independiente
Aunque hay muchos que pueden tener miedos e incertidumbres en este proceso, la verdad es que la mayoría se siente realmente feliz de comenzar a tener una vida en la universidad “independiente”.
No tener personas que te digan a qué hora llegar, a qué hora comer o no tener que dar explicaciones de hacia dónde vas, puede ser algo genial. Incluso hay quienes ya piensan en tener un trabajo de medio tiempo para no depender económicamente de sus padres y hacer formar su vida propia.
La realidad acerca de esto, es que mientras te acostumbras a la vida en solitario, extrañarás la comodidad de tu colchón y las comidas de mamá. Además, te llevará algo de tiempo adaptarte a las nuevas responsabilidades, como comprar y preparar comidas, lavar tu ropa y estudiar, cosas que te enseñarán a valorar lo que has dejado atrás.
Pero no te preocupes, esto sólo será los primeros meses. Si mantienes la disciplina y eres perseverante, pronto podrás disfrutar de tu independencia.
Ahorraré parte del dinero que me envíen
Cuando nos mudamos a una residencia al empezar la universidad, comenzamos a recibir algunas mesadas por parte de nuestros padres para cubrir cualquier gasto que podamos tener y, lo primero que pensamos es: comenzaré a ahorrar para darme esos gustitos caros que me merezco.
Pero, la realidad sobre esto es que cuando comienzas a interactuar con amigos, conocer lugares y hacer distintos tipos de actividades, queda muy poco para el ahorro. Claro que no todo es derrochar dinero, pero verás que establecer un plan de ahorro no resulta tan fácil como pensábamos.
No podré con las comidas
La peor preocupación de un estudiante universitario que se muda a una residencia al empezar la universidad, es cómo dedicar tiempo a hacer las compras para la comida y también prepararlas, sobre todo si nunca ha tocado una estufa en su vida.
Pues, la verdad sobre esto es que al final terminas aprendiendo e incluso puedes descubrir que tu nueva afición favorita es cocinar. Aunque al principio es complicado organizar el tiempo, poco a poco comienzas a definir algunas rutinas para preparar tus comidas.
En cuanto a las compras, descubrirás cuáles son los lugares más económicos o con ofertas y también sabrás qué cosas necesitas tener como elemento básico en tu despensa. Sí, es el trance hacia la vida adulta.
También puede ser que tus padres sean tan adorables que te preparen congelados cuando vayas de visita algunas semanas y sólo tengas que dedicar tiempo a calentar lo que vayas a comer. Y, por supuesto, siempre habrá un día en que las comidas fuera de la residencia serán la mejor opción.
Los profesores son muy estrictos
La primera expectativa respecto de los profesores universitarios es que son súper estrictos y tendrás que dedicar días y noches en aprobar los cursos; además, ni pensar en salir mal, porque de inmediato tendrás mala reputación como estudiante.
Esto no es cierto. Existen profesores que son exigentes en las asignaturas, pero la verdad es que al empezar la universidad no estarán al pendiente de tu rendimiento individual, sino que eres tú el encargado de decidir qué tanto esfuerzo colocas para sacar buenas notas o pasar con el mínimo aprobatorio.
Sí hay temporadas difíciles, cuando se juntan varios exámenes o cuando hay algún tema difícil de comprender, pero no hay nada que no se pueda superar.
No tendré tiempo para nada
Finalmente, al empezar la universidad, creemos que todos nuestros hobbies quedarán atrás, por todas las nuevas ocupaciones de estudio que tendremos. Sin embargo, la verdad es que, con nuevos amigos, en una nueva ciudad y con muchas ganas de conocer lugares, sobrarán las experiencias y actividades donde te puedes divertir.
Siempre habrán reuniones con amigos, fiestas, paseos, tiempo para ir al gym o de compras, entre otras cosas, así que no te desanimes.
La única recomendación es que encuentres un grupo de amigos que, además de divertirse también dediquen tiempo a sus estudios y de esta forma puedas sacar provecho de tu nueva etapa.
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