Oh cielos, no puedo describir la comodidad y libertad de este centro, por no mencionar a quienes trabajan en él haciéndolo posible: cocineros, limpieza, coordinador, director, etc. Todos crean en él un ambiente ligero, alegre, seguro, y tu segunda casa. Los pasillos son siempre cálidos en invierno, y lo mismo sucede con las habitaciones si es que enciendes el radiador. En suma, puedes pedir edredón si lo ves necesario. Las terrazas son amplias y puedes comunicarte fácilmente con tus vecinos. Hay muchísima varidad de comida, así que siempre encontrarás algo que te guste; cabe mencionar que las cocineras dan lo mejor de sí para hacer verdaderas exquisiteces, y que son muy muy cercanas a los jóvenes (más de una vez nos hemos intercambiado sonrisas de mayor o menor silencio). Tanto el horario de comida como el de cena son bastante amplios. Este año por la pandemia es cierto que se pasaba frío en el comedor, pero resalto que era por el Covid (ventilación obligatoria).
En este centro se valora el respeto y la responsabilidad. Si cumples con ello, no tendrás ningún tipo de problema con absolutamente nadie de allí.
¿Qué más puedo decir? Nunca antes me había sentido tan a gusto, tan libre, e incluso, tan importante y querida. Aprovecho para agradeceros el trato tan tan bueno que me habéis dado, así como la oportunidad; es algo que siempre tendré en mi mente. En especial te agradezco a ti, Critina, por todo lo que me has ofrecido. Tu amistad es de las más valiosas que tengo. Muchísimas gracias por ayudarme, por preocuparte por mí y por quererme.
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